

Cómo es el Paseo de la Reforma
Sin duda estamos ante la avenida más importante de la ciudad. Su origen lo encontramos en los tiempos del Emperador Maximiliano que quería conectar con este paseo el Castillo de Chapultepec con el Palacio Nacional. A semejanza de las grandes ciudades de la época mandó planificar esta avenida a la que se llamó en un primer momento el Paseo de la Emperatriz. Durante el gobierno de Porfirio Díaz se construyeron los principales monumentos incluyendo el más emblemático: El monumento a la Independencia. Y como todos sabemos, hablamos de un amplio camino que recorrer y que nos ofrece la posibilidad de echar un vistazo a uno de los lugares más acaudalados y monumentales del Distrito Federal. En la actualidad tiene una longitud de unos 12 km y en alguno de sus tramos cuenta con hasta 8 carriles de circulación. Hoy en día el Paseo de la Reforma es sinónimo de los pasajes más bellos del DF, pues por donde se le vea resaltan todos los elementos típicos de la modernidad: enormes edificios, construcciones magníficas, centros comerciales, instituciones políticas y el cálido carisma de sus habitantes. Sin embargo, si hay algo que llama más la atención en todo el conjunto de edificaciones que nos ofrece el Paseo de la Reforma son indudablemente sus impresionantes monumentos que acompañan nuestro camino y que disponen de una arquitectura muy similar a la francesa del siglo XIX. Aún así, el paso de los años y las costumbres propias del pueblo mexicano le han dado un toque más local con algunas estatuas representativas a la historia del propio país. Y si hablamos de monumentos, no podemos dejar de mencionar la estatua más importante y sobresaliente de la famosa avenida, el Ángel de la Independencia, que para los despistados, se ubica en la cima de la glorieta frente a la torre HSBC. En líneas generales, el Paseo de la Reforma es un lugar maravilloso que estamos en la necesidad de visitar sí o sí en caso de que te animes a dar una vuelta por los mejores escenarios de la Ciudad de México.