Desde las milenarias ruinas de las culturas prehispánicas, los elaborados diseños coloniales, las líneas rectas de la época republicana a la convergencia de estilos de la arquitectura contemporánea.


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Por todas estas características podríamos decir que México alberga a muchos de los tesoreros arquitectónicos del mundo, lo cual fue reconocido por la UNESCO, siendo muchas de sus construcciones declaradas patrimonio de la humanidad.
Entre los más resaltantes tenemos:
- Palacio Nacional: fue construido sobre las casas del emperador Moctezuma, las cuales fueron decoradas con los murales de Diego Rivera donde se aprecia una reseña histórica de los principales acontecimientos políticos mexicanos.
- Catedral Metropolitana: de una inmensa grandeza artística representa el poder del Virreinato y el fervor religioso. Está considerada la construcción más grande de Latinoamérica.
- Palacio de Minería: situada en el centro histórico de la ciudad, es la sede de la Feria Internacional del Libro que se realiza cada año en los meses de febrero a marzo.
- Edificio de Correos: situada entre las calles Tacuba y el Eje Central Lázaro Cárdenas (Ciudad de México) considerada una de las construcciones más bellas y elegantes.
- Palacio Bellas Artes: con sus hermosas esculturas y la combinación ecléctica de los estilos de "art noveau" y "art decó".
- Templo de la Profesa: considerado como una de las mejores muestras del estilo barroco dónde se exhibe una colección de pintura religiosa de los tiempos virreinales.
- Casa de los Azulejos: poseedora de una fachada cubierta con miles de azulejos fabricados en Puebla.
- Plaza de Santo Domingo: está constituida por un grupo arquitectónico cuyos principales atractivos son la Iglesia de Santo Domingo, la Antigua Aduana y el Palacio de la Inquisición.
Fuente Imagen desde http://www.flickr.com/photos/13840023@N08/, por Ahoriuchi
Un dato interesante, tomando como pretexto la mención de este emblemático edificio, me refiero al «edificio de correos».
En el México prehispánico ya existía un sistema de correos gracias a los «iciuhcatitlanti» o «mensajeros», y los «painani», corredores de gran resistencia y velocidad al servicio del emperador.